Mi palabra
En una subasta de palabras, me quedé con una.
Volviendo a casa la cargué en el bolsillo y pensé en dónde acomodarla. Mientras
la miraba me di cuenta que no “iba” en ningún lado y con bronca la tiré contra
la pared.
Su lloriqueo me conmovió; la agarré de una pata y la
acomodé lo mejor que pude, aunque tras el golpe había quedado algo deformada.
Por fin encontré un lugar donde dejarla: imantada a
mi heladera; pero llegado el invierno fue demasiado el frío en su espalda y no lo pudo resistir.
Durante noches enteras no dormí por escucharla y abrigarla.
Una vez repuesta comenzó a tener una presencia
asombrosa en mi vida, al punto tal que, apenas yo llegaba del trabajo la
buscaba y mi ansiedad no disminuía hasta saber su paradero. Luego me echaba
sobre el sofá mientras ella se acomodaba sobre la punta de uno de mis zapatos y
me daba charla por horas.
Un día mi palabra comenzó a transformarse; pensé que podía ser
consecuencia de aquel viejo golpe. Su
actitud comenzó a asustarme. Tomó posesión de todas mis pertenencias, tuvo
momentos de violencia y otros de exagerada ironía.
Fuera de mi casa empecé a tramar la manera de
sacarme a esa palabra de encima.
Creo que presintió todo; porque una noche, sin decir
palabra, me miró fijo, se calzó mis zapatos y se fue.
segundo premio categoría cuento.
Primer encuentro de Arte y Literatura de Alte. Brown-
No hay comentarios:
Publicar un comentario