domingo, 28 de mayo de 2017

Golpe en la puerta

Un pájaro llama a mi puerta
Con un canto
Cuando se hace silencio
Estoy sola
Y no sé qué hacer
Si abrirle o no.

Roberta Iannamico


Claro que terminé abriendo la puerta y dejándolo entrar. Cómo no hacerlo si el suyo era un canto bello, suave, dulce y claro;  también necesario, porque es verdad que yo por aquellos días me sentía sola, muy sola.
En ese silencio sepulcral de mi casa, lo único que oía eran gorjeos del pájaro: trinos de tarde y cantos de día. Debo confesar que algunas noches de insomnio, al mirar por la ventana, el panorama era tan triste y desolado como mi corazón. La soledad hace eso, creo. A mi me lo hizo. Entristecerme y abrirle a ese pájaro la puerta de mi casa.
Tal vez me sentí apenada por él, en esa tormenta en que lo  imaginé tras la puerta, con sus plumas mojadas y congelado de viento y de frío.
Hoy lo miro y le canto. Ya aprendí a imitar sus trinos. A veces veo en sus ojos la necesidad de pedirme  que le abra la puerta. No puedo hacerlo. Alegra mis días. Me acompaña. Ya no me siento más sola.
Me pregunto a dónde iría y cómo podría sobrevivir “afuera” si yo le corté sus alas.



Virginia-

QUITA PENAS



Quita Penas
Cuentan los que ya ríen y los que la esperamos tristes, que existe un ser diminuto, vestido de negro y muy rápido en su andar. Aparece de pronto, te sorprende sin dar miedo y lo importante…SE LLEVA TUS PENAS.
¿Su nombre? Quita Penas. No se sabe de dónde viene, ni dónde vive, ni cuándo duerme. ¿Duerme? En fin ¡Vive!
Gusta mucho de los dulces pero el chocolate amargo es su especial deleite. Los muy apenados la despiden con barras en sus bolsillos. Y es que Quita Penas existe, no es cuento, es verdad.
No siempre la ves venir pero la ves cuando se va y en agradecimiento, chocolates, le regalás.  Se mete en tu cuerpo como por un tubo y te limpia las penas del corazón.

Anoche visitó a mi abuelo y entró con la corriente tibia de un bostezo. Yo también la estaba esperando porque estoy triste por mi abuelo pero según parece él debe estar más triste que yo.
Se metió en su cuerpo para limpiar sus penas. Vi cómo se movía el corazón mientras él dormía. Durante toda la noche ella estuvo ahí dentro. Ahora, mi abuelo dice no sentir nada. Nada más que pena.
 Quita Penas no sale. Pena me da toda esta situación.
Creo que comernos los chocolates será una buena manera de esperar. No vaya a ser que todo esto sea puro cuento -