Amaneciendo
el silencio del gallo
atemoriza
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domingo, 8 de septiembre de 2013
sábado, 7 de septiembre de 2013
Guardar para no olvidar.: Puerta abierta
Un pájaro llama a mi puerta
Con un canto
Cuando se hace silencio
Estoy sola
Y no sé qué hacer
Si abrirle o no.
Roberta Iannamico
Claro que terminé abriendo la puerta y dejándolo entrar. Cómo no hacerlo si el suyo era un canto bello, suave, dulce y claro; también necesario, porque es verdad que yo por aquellos días me sentía sola, muy sola.
En ese silencio sepulcral de mi casa, lo único que oía eran gorjeos del pájaro: trinos de tarde y cantos de día. Debo confesar que algunas noches de insomnio, al mirar por la ventana, el panorama era tan triste y desolado como mi corazón. La soledad hace eso, creo. A mi me lo hizo. Entristecerme y abrirle a ese pájaro la puerta de mi casa.
Tal vez me sentí apenada por él, en esa tormenta en que lo imaginé tras la puerta, con sus plumas mojadas y congelado de viento y de frío.
Hoy lo miro y le canto. Ya aprendí a imitar sus trinos. A veces veo en sus ojos la necesidad de pedirme que le abra la puerta. No puedo hacerlo. Alegra mis días. Me acompaña. Ya no me siento más sola.
Me pregunto a dónde iría y cómo podría sobrevivir “afuera” si yo le corté sus alas.
Virginia-
jueves, 5 de septiembre de 2013
miércoles, 4 de septiembre de 2013
Puerta abierta
Un pájaro llama a mi puerta
Con un canto
Cuando se hace silencio
Estoy sola
Y no sé qué hacer
Si abrirle o no.
Roberta Iannamico
Claro que terminé abriendo la puerta y dejándolo entrar. Cómo no hacerlo si el suyo era un canto bello, suave, dulce y claro; también necesario, porque es verdad que yo por aquellos días me sentía sola, muy sola.
En ese silencio sepulcral de mi casa, lo único que oía eran gorjeos del pájaro: trinos de tarde y cantos de día. Debo confesar que algunas noches de insomnio, al mirar por la ventana, el panorama era tan triste y desolado como mi corazón. La soledad hace eso, creo. A mi me lo hizo. Entristecerme y abrirle a ese pájaro la puerta de mi casa.
Tal vez me sentí apenada por él, en esa tormenta en que lo imaginé tras la puerta, con sus plumas mojadas y congelado de viento y de frío.
Hoy lo miro y le canto. Ya aprendí a imitar sus trinos. A veces veo en sus ojos la necesidad de pedirme que le abra la puerta. No puedo hacerlo. Alegra mis días. Me acompaña. Ya no me siento más sola.
Me pregunto a dónde iría y cómo podría sobrevivir “afuera” si yo le corté sus alas.
Virginia-
(Me pregunto porqué abriste mi jaula.
A menudo
siento, que prefiero ser canario)
domingo, 1 de septiembre de 2013
En camino.
Cada
uno en su partida se torna ave de suaves plumas; levanta vuelo con inocentes
alas y conoce por fin la libertad.
Guardar para no olvidar.: Hanami cero-
Guardar para no olvidar.: Hanami:
El color se apaga, los pétalos se contraen, no absorbe más tu luz.
_ ¿Qué es la muerte?
Ver morir a una flor.
El color se apaga, los pétalos se contraen, no absorbe más tu luz.
_ ¿Qué es la muerte?
Ver morir a una flor.
Hanami cero-
El
color se apaga, los pétalos se contraen, no absorbe más tu luz.
_
¿Qué es la muerte?
Ver
morir a una flor.
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