jueves, 29 de junio de 2017

AQUÍ HAY GATO ENCERRADO

                                                                                                           ¿Por qué el amor no se ve?


La vi tan triste que me permití espiar su diario:

MARTES 6
Falta poco para mi cumple. Estoy triste.

MIÉRCOLES 7
Ya no me quiere como antes. ¿Me quiere como antes?

JUEVES 8
No quiero ser dramática pero…
Estoy desesperada.
Creo que no le importo más. ¿Le importo?

VIERNES 9
Anoche soñé con él. ¿Por qué?

SÁBADO 10
Volvió re tarde.
No lo vi en todo el día (Casi)

DOMINGO 11
Pegada a la ventana, miro si vuelve.

LUNES 12
Me rompió el corazón. Se fue con mi vecinaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

MARTES 13
Odio a los gatos!!!
A mi papá, le pedí un perro para mi cumple.


domingo, 28 de mayo de 2017

Golpe en la puerta

Un pájaro llama a mi puerta
Con un canto
Cuando se hace silencio
Estoy sola
Y no sé qué hacer
Si abrirle o no.

Roberta Iannamico


Claro que terminé abriendo la puerta y dejándolo entrar. Cómo no hacerlo si el suyo era un canto bello, suave, dulce y claro;  también necesario, porque es verdad que yo por aquellos días me sentía sola, muy sola.
En ese silencio sepulcral de mi casa, lo único que oía eran gorjeos del pájaro: trinos de tarde y cantos de día. Debo confesar que algunas noches de insomnio, al mirar por la ventana, el panorama era tan triste y desolado como mi corazón. La soledad hace eso, creo. A mi me lo hizo. Entristecerme y abrirle a ese pájaro la puerta de mi casa.
Tal vez me sentí apenada por él, en esa tormenta en que lo  imaginé tras la puerta, con sus plumas mojadas y congelado de viento y de frío.
Hoy lo miro y le canto. Ya aprendí a imitar sus trinos. A veces veo en sus ojos la necesidad de pedirme  que le abra la puerta. No puedo hacerlo. Alegra mis días. Me acompaña. Ya no me siento más sola.
Me pregunto a dónde iría y cómo podría sobrevivir “afuera” si yo le corté sus alas.



Virginia-